Una fiesta de rescate de la tradición y cultura de nuestro pueblo Cañari; el personaje mítico baja alegre por los serpentinos caminos, hasta llegar a las chozas solitarias en lo alto del páramo o a las casas solariegas; provisto de pingullo, tambor y rondador, viene haciendo música de los andes, cantando a la madre tierra en su riqueza, regalando un silbido al cóndor que sobrevuela los páramos, llamando al indio, al blanco y al mestizo a compartir la alegría del carnaval.
Llega a las casa para compartir con sus habitantes, con su sombrero de lana, adornado con cintas y borlones de diversos colores, poncho negro, zamarro y alpargatas, su cara está pintada con harina, el pilche de chica alma y embriaga los sentidos…
Llega a las casa para compartir con sus habitantes, con su sombrero de lana, adornado con cintas y borlones de diversos colores, poncho negro, zamarro y alpargatas, su cara está pintada con harina, el pilche de chica alma y embriaga los sentidos…
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